DESAPEGO     

(Parte.1)

Los tiempos cambian y nosotros tenemos que saber también al unísono aprender a hacerlo, pues las últimas tecnologías en si y el progreso de estas por los avances que están experimentando tan rápido en nuestra sociedad, observando una diferencia abismal respecto a las del pasado con pasos agigantados, así lo requieren.
Resulta fundamental entender que la adaptación las nuevas técnicas ha de ser paulatina, pero con seriedad y firmeza, eso si, conscientes de una necesidad del entorno en todos los ámbitos, público y privado con la finalidad de mirar hacia delante de ser más prósperos.

Todavía hay mucho por hacer, aunque veamos que se avanza, por ejemplo, en la medicina, existen datos que nos revelan no ir a la par con otras áreas, educación, sería una de ellas.

No olvidemos que en el último siglo hemos avanzado a nivel global de manera vertiginosa, ha habido en estos últimos cien años más inventos, descubrimientos que a lo largo de toda nuestra historia en la Tierra. “LAS TENDENCIAS VIENEN PARA QUEDARSE, LAS MODAS YA PARTIERON

No cabe duda que si no nos funciona nuestro proyecto siempre tendremos la posibilidad las veces que así lo deseemos de cambiar el rumbo de nuestra meta u objetivo inicial.

No es necesario que nos lamentemos de por vida que nuestro plan establecido no funciona, de este modo, no echaremos a andar, según lo propuesto, si permanecemos inmóviles quejándonos continuamente frente al problema sin saber muy bien lo que hacer. No significa que el simple hecho de atravesar, como es normal, que ocurra por ciertas adversidades hasta que se materialice tu sueño sea motivo suficiente para que hagan acto de presencia los miedos; por lo tanto no es conveniente, aunque exista la opción, de variar el plan a la primera de cambio.

Es importante asumir la realidad, que los obstáculos los vamos a tener aquí y allí, por donde queramos mirar ahí van a estar, es la condición, no es fácil, aquello que realmente valga la pena sencillo no esperes que sea. SERÁS TÚ AL FIN Y AL CABO, AQUEL QUE TOME LA DECISIÓN DE ANDAR AL IGUAL QUE DE PARAR, AHORA, SI ELIGES LA PRIMERA ¡PONTE EN MARCHA HAMÁS TE DETENGAS!

Cuando existe un objetivo común en lograr la misma meta entre todos los componentes que conforman una sociedad, un conjunto de personas, pensemos que todas quieren lo mejor del grupo tanto a nivel colectivo como también en el plano individual.

Si existe la voluntad desde el principio de todos y cada uno de las integrantes, los integrantes del grupo de poner lo mejor que hay en cada cual, de hacer las cosas como es debido con el objetivo de lograr todos unidos el reto que se hayan propuesto no hay por qué dudar en que esta opción con el compromiso de una piña formando unidad de equipo se aplique de la mejor manera posible.

Hay que entender que resultará fundamental actuar de forma ordenada y conjunta para el correcto funcionamiento del plan y, aunque difícil, pero nada imposible, con la confianza en que pueda darse y paciencia suficiente, viendo, sobretodo, que aquí se beneficia desde el primero hasta el último, se saldrá con total seguridad adelante viendo el desafío cumplido.

Cuando observamos que el plan por el que habíamos apostado por su trazado no funciona, es nuestro deber indagar y, más concreto analizar por si este plan no le hemos dado el enfoque más idóneo, reflexionando que es lo que se puede hacer al respecto.

No significa que no podamos equivocarnos, por lo que es natural, y por ello sentirnos culpables, el asunto radica en reconocer la existencia de un error, cosa poco habitual, lo cual ya es de haber dado un paso importante el hecho de aceptar nuestra equivocación y, por lo siguiente una virtud, por lo que nos posiciona muy bien en la dirección de lograr nuestro propósito.

Dicha equivocación cometida nos permite tener, gozar de probar de nuevo, otra alternativa, pues, no existe ninguna estrategia cien por cien infalible y, si disponer de un sinfín en número de intentos, que dicho sea de paso, no está escrito en ninguna parte las veces que a uno le asignan. “RECTIFICAR ES DE SABIOSSIEMPRE NOS PERMITIRÁ DESCUBRIR OTRAS VIAS QUE NOS OFREZCAN OTRAS OPORTUNIDADES DIFERENTES A LAS QUE HASTA AHORA NO NOS ACABABAN DE SATISFACER.

Tenemos que actuar en la medida de nuestras posibilidades siempre sin presión exterior añadida, aparte que esta si, la que nosotros mismos nos impongamos, para obtener la mayor efectividad; más que por nuestra responsabilidad conlleva y una disciplina sean el equipaje en todo momento de ese ambicioso viaje que hemos emprendido y queremos que nos lleve al final a nuestro añorado destino. Comportándonos sin querer ser más ni menos que nadie, como si se tratara de una carrera que estuviéramos compitiendo y, si ver uno mismo con sus defectos y virtudes, viendo de donde venimos y a donde pretendemos llegar con humildad y trabajo.

La confianza en que se puede dar, la actuación de manera continua con una actitud positiva y entusiasta serán al fin de cuentas las pautas marcadas a seguir para lograr ver cumplido en el futuro hacerse realidad nuestro propósito en la vida. SIGUIENDO AL PIE DE LA LETRA LOS DICTADOS DE NUESTRO CORAZÓN BASADOS EN LOS VALORES HUMANOS NUNCA PODREMOS FRACASAR.

A base de probar y probar vamos a dar con la clave que buscábamos y, de paso, iremos poco a poco adquiriendo la experiencia tan necesaria que hace falta para desarrollar en cualquier empresa que hayamos decidido embarcarnos.

No nos han de hundir por más que sucedan momentos que atravesemos de muy variada índole aunque tenemos que verlos como una parte más del proceso, no asumir con actitud negativa, derrotista, y si, una especie de oportunidad para crecer que se nos presenta.
Por muy desagradables que nos resulten la aparición de obstáculos que vayan llegando o el mismo hecho de que no los queramos, no va a ser motivo de que desaparezcan por obra y gracia del Espíritu Santo de la noche a la mañana.

Los obstáculos han sido desde siempre los protagonistas principales al hacer una criba entre los seres humanos, este me sirve, este no me sirve, este tiene madera de campeón, este otro de fracasado, tan sólo, viendo qué bípedo se le interponía, del que se dejaba pisotear vilmente quedando tirado por los suelos sin vérsele recuperación alguna.